Manifestación por los desaparecidos en Coahuila 30 de agosto de 2023
Hoy fue el día de los desaparecidos, día que no debería de existir, pero que hoy debido a un sistema podrido, existe y gritamos.
Desde hace algunos días se envío la convocatoria a la misa y marcha por los desaparecidos en Coahuila. La misa empezó a las 6:30 de la tarde, aunque yo llegue ya casi acabándose. Cuando entré a la catedral de Saltillo, a los pocos minutos el padre dijo: “por que vivos se los llevaron” y entonces madres con dolor acumulado de años respondieron: “vivos los queremos”. Nunca había me había tocado presenciar algo así en una iglesia. El día de hoy, si pudiera describirlo en unas pocas palabras sería; dolor y lucha.
Cuando salimos de la iglesia recuerdo ver a una madre llorando, lagrimas que se repiten durante años después de tanto buscar, después de tanto llorar. La gente se le acercaba intentado consolarla. Las principales protagonistas de esta lucha son las madres, quienes no pierden la esperanza, quienes tienen la mirada firme después que esos mismos ojos hayan tenido océanos de dolor.
Salimos de la catedral y nos pusimos en la plaza de armas, le calculo que éramos alrededor de 100 personas, tal vez más. Cada uno agarro velas, pancartas y carteles con rostros de los desaparecidos que en este estado se acumulan como aquellos que en el poder acumulan riquezas individuales.
Empezamos a marchar, me atrevo a decir que a diferencia de las otras marchas en las que he participado, en esta se sentía dolor en cada consiga exclamada a toda voz. No había risas, había llanto mientras que en el megáfono decían: “(el nombre de algún desaparecido), presente” y todos respondíamos en una sola voz “ahora y siempre”.
Cuando pasábamos sobre la calle victoria, la gente se paralizaba, se quedaba quieta, dejaba de hacer lo que hacía y nos observaba, no se puede ser indiferente al dolor de una madre. Solo era indiferente aquellos que trabajan en gobierno y entorpecen, aquellos que no tienen corazón, aquellos que no tienen madre.
También recuerdo las consignas que se exclamaban, que como canto uno lo decía y todos repetíamos. Las consignas eran sobre todo de madres hacia sus hijos. No puedo ni siquiera intentar imaginar el dolor que se debe de sentir el no saber donde esta tu hijo, pero no puedo todavía más creer que en este país es una situación frecuente, donde la norma es nunca saber.
Cuando concluyó la marcha donde empezó en plaza de armas, una madre pronuncio un breve discurso. Ese discurso es señalando al principal culpable, el cual es el estado y sus miembros, que diariamente entorpecen la lucha de quienes buscan. Una de las consignas que más recuerdo porque más se repetían era “¿Por qué los buscamos?” y todos en una sola voz respondían “PORQUE LOS AMAMOS”. Eso es lo que puedo decir, esa lucha al igual que muchas otras luchas se sustentan sobre el amor, la solidaridad, colectividad. Pero claro, así nos quieren, apáticos, individualistas, inhumanos…
Queda claro decir que esta lucha por las y los desaparecidos continúa y mientras no aparezcan, seguirán las consignas repitiéndose en estas calles de sufrimiento de madres angustiadas y seguirá la búsqueda, porque vivimos en un país de desaparecidos, en un país con océanos de llanto y dolor.
Al final de la concentración las madres nos regalaron una plantita, como decían ellas: “símbolo de la vida y esperanza”.
